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miércoles, 30 de octubre de 2019

La Historia Del Cine Mudo

¿Qué es el cine mudo?, pues el cine mudo o cine silente (cine en silencio), es aquel en el no hay sonido de voz, especialmente diálogo, y toda la película se cuenta unicamente con imágenes. El cine mudo era filmado en rollos de 35 mm, la mayoría de las películas mudas se filmó a velocidades más lentas que las películas con sonido (normalmente de 16 a 20 fotogramas por segundo frente a 24) por lo que, a menos que se apliquen técnicas especiales para mostrarlas a sus velocidades originales, pueden parecer artificialmente rápidas, lo que remarca su aspecto poco natural. No obstante, algunas películas mudas –particularmente las comedias– fueron filmadas a menor velocidad de manera intencional para así acelerar la acción.

Historia. Sus inicios coinciden con la Primera Guerra Mundial, los primeros automóviles, el primer vuelo del hombre y el inicio de la fotografía. La primera película muda fue realizada por Louis Le Prince en 1888. Era un filme de 1,66 segundos que mostraba a dos personas caminando por un jardín y se tituló La escena del jardín de Roundhay

¿Qué características tiene el cine mudo?. El cine mudo, como comenté al principio, es aquel que no cuenta con sonido sincronizado y consiste únicamente en imágenes, a veces acompañadas por música en directo.​ La calidad de estas películas, y sobre todo las de los años 1920, era extremadamente alta. En ocasiones se añadían subtítulos o carteles para aclarar la situación a los espectadores o para mostrar conversaciones. Se caracteriza por no haber sonido directo, debido a que no se había avanzado técnicamente en ello. Existe una gran polémica con dicho género ya que no hay sonido directo, sin embargo existe música; es musical, pero a la vez se considera mudo. En los inicios del cine mudo el plano que predomina es el plano general por el peso del cinematógrafo. 

Música. El cine mudo se valió de música instrumental propia del romanticismo para procurar que este nuevo arte fuera desde sus comienzos bien aceptado por las clases altas y aristocráticas que escuchaban aquella música. Aunque después de 1910 se alternaban música clásica y ligera. 

La música en el cine mudo trataba de representar los sucesos que ocurrían en pantalla de una manera exagerada y poco sutil. Quien decidía donde aparecían estas sutilezas era el pianista o el director y en el mejor de los casos el pianista podía visionar la película para tener una mejor idea de dónde y cómo realizarlas. Se solían utilizar ritmos rápidos para persecuciones, sonidos graves en momentos misteriosos y melodías románticas para escenas de amor. En sus comienzos, la música del cine mudo consistía en improvisaciones en directo interpretadas por un pianista u organista (música Jazz). Estas improvisaciones eran en muchas ocasiones sobre uno o dos temas.

A partir de la película de David W. Griffith El nacimiento de una nación, surgieron composiciones originales y era normal que la música se interpretara con partituras creadas especialmente. Esto suponía una importante fuente de empleo para los músicos (sobre todo en Estados Unidos) hasta la llegada del cine sonoro. Otras maneras de ofrecer música al cine mudo se llevaron a cabo por ejemplo en Brasil, donde se ofrecieron cantatas de fitas: operetas con los cantantes interpretando detrás de la pantalla. En Japón la música en vivo contaba con benshi: narrador en vivo que proporcionaba las voces del narrador y los personajes. El benshi se convirtió en un pilar fundamental en las películas japonesas, además servía como traducción para las películas extranjeras norteamericanas.

Existen varias teorías que explican el uso de la música en los orígenes del cine: 

Según Kurt London, la música empezó a usarse para disimular el ruido del proyector. Por lo tanto se incorporaba el piano, órgano, orquesta u otros grupos para remediar el constante ruido del mecanismo. “Instintivamente los propietarios de las salas de cine recurrieron a la música y esa era la solución correcta, usar un sonido agradable para neutralizar otro menos agradable".

Otra teoría dice que la música sirvió para hacer más agradable la experiencia de ver imágenes en blanco y negro sin ningún tipo de sonido.También se pensó en música de forma que hiciera creer al espectador que forma parte de un colectivo, evitando su aislamiento y facilitando su implicación en la escena. 

El cine mudo a color.  Entre 1895 y 1927, la inmensa mayoría de las películas se rodó en blanco y negro. Sin embargo, ya desde el principio muchos cineastas intentaron dar color a las filmaciones. Georges Méliès tenía un equipo de obreras que pintaban a mano los fotogramas de sus películas, logrando así que en la proyección se vieran en color. Lo más habitual, sin embargo, era otro estilo de color, que se obtenía sumergiendo segmentos de película o la película completa en un tinte de un determinado color, lo que daba a la película un tono monocromo. Para mediados de los años veinte, se había desarrollado en la industria del cine todo un código de colores según el tipo de escena. Así, las escenas nocturnas solían teñirse de azul oscuro o verde, mientras que otras tenían otros colores. La elección de estos colores era tan importante que, durante el rodaje, en la claqueta solía especificarse, además del número de toma, el color con que la escena debía teñirse en postproducción. 

La compañía Technicolor comenzó a dar sus primeros pasos en el rodaje en color natural en la etapa del cine mudo, y así estrenó su primer rudimentario proceso de color en 1917 con The Gulf Between, la primera película en color en Estados Unidos, de la que se conservan solo algunos fotogramas. El resultado no fue satisfactorio y habría que esperar a 1922 para que el proceso se perfeccionara y continuaran realizándose películas o fragmentos de películas en color, utilizando el proceso de Technicolor de dos colores, que utilizaba dos colores básicos en lugar de tres y que, por lo tanto, no permitía reproducir el 100 % del espectro de color. Clásicos del cine mudo como Los diez mandamientos, El fantasma de la Ópera o Ben-Hur contenían escenas rodadas en color. Este proceso continuó utilizándose durante los primeros años del cine sonoro hasta que, con el inicio de la Gran Depresión, el número de rodajes se redujo al mínimo y volvieron al blanco y negro. En los años cuarenta, los estudios se desentendieron de estas filmaciones en color. Technicolor, para hacer sitio en sus almacenes, destruyó los negativos, por lo que la mayoría de películas en color de este período se perdió o se conservan solo copias en blanco y negro. 

Películas perdidas.  En los años previos a la introducción del sonido se realizaron muchas películas mudas, pero un número considerable de ellas (algunos historiadores estiman que entre el 80 % y el 90 %) se han perdido. Las películas de la primera mitad del siglo XX se filmaron en rollos de película de celuloide, que era inestable, altamente inflamable y requería de una conservación cuidadosa para evitar que se descompusiera con el tiempo. Aunque la mayoría de estas películas se quemó o fue destruida, se han reciclado a muchas de ellas.

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