Lo reconozco, no me gusta el cine de navidad, quizá porque es demasiado obvio que en esta época es el tipo de cine que toca, pero, y perdón por la expresión, a la larga y al final me resulta demasiado coñazo, demasiado pesado cada año lo mismo. Es como si llegara la navidad y me dijera: ¡Hola, te traigo lo peor!.
Puede que sea cosa mía, o simplemente que mi espíritu no sea demasiado navideño, que no lo es, pero de cualquier manera y en cualquier caso no me gusta, y mucho menos me sorprende.
Supongo que también es porque la programación de navidad en sí tampoco es muy buena, sobre todo en Nochebuena y en Nochevieja, días o más bien noches en las que es especialmente mala, y sé que no tiene casi nada que ver, o sí, al fin y al cabo es parte de esa programación de estas fechas.
Si me vas a preguntar que tipo de cine me gustaría ver en esta época o cual ame parece mejor, pues cine que no sea navideño, y si lo va a ser, porque es lo que toca ahora, pues que sea cine que se salga de lo habitual, de lo típico y soporífero, de todo navidad y amor, etc, etc, y aquí, probablemente me dirás que estoy confundido, que no todo este cine es así, y hasta me darás una pequeña lista de películas que no son la típica navideña, algo en lo que tendrás razón e incluso agradeceré, ya que me sacarás de estas que no me gustan nada. Me gusta tan poco este tipo de películas que creo que en estos días me vuelvo verde y me convierto en el Grinch del cine de navidad.
En cualquier caso lo reconozco, no me gusta el cine de navidad.
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