Edward G. Robinson, protagonista de Little Caesar |
En estos fríos y lluviosos días todo el mundo habla de El Irlandés, la última película de gángsters de Martin Scorsese en la que reune para nuestro deleite a Joe Pesci, Al Pacino y Robert De Niro, una historia de tres horas y media que se una a la larga lista de películas de este género, pero ¿cuáles son sus orígenes?, ¿dónde y como empezó?.
Se conoce como cine de gánsteres al género cinematográfico
que tiene como tema principal el crimen organizado. A diferencia de
otros géneros cuyo tema central es el delito, en el cine de gángsters
predomina el punto de vista del propio criminal, lo que hace que muchas
de estas películas resulten moralmente ambiguas; en ocasiones, obras de
este género han sido acusadas de glorificación de la violencia, por lo
que han tenido frecuentes problemas con la censura.
Orígenes: La Ley Seca, de 1920,
proporcionó el caldo de cultivo ideal para el desarrollo del crimen
organizado. En las grandes ciudades, los gángsters,
delincuentes profesionales para quienes el crimen era una forma de vida,
se convirtieron en personajes a la vez admirados y temidos por el
público. Su rápida ascensión social se asemejaba a una grotesca parodia
del sueño americano. La industria del cine no tardó en aprovechar ese
nuevo filón.
Aunque el tema del gángster está ya presente en filmes anteriores a la Primera Guerra Mundial, en la época del cine mudo destacan sobre todo dos películas: La ley del hampa (Underworld, 1927), de Josef von Sternberg; y The Racket (1928), de Lewis Milestone.
Pueden considerarse también precursoras del cine de gángsters las películas que Fritz Lang rodó en Alemania sobre el personaje del doctor Mabuse: El doctor Mabuse (1922) y El testamento del doctor Mabuse (1933).
Época Dorada: La época dorada del cine de gángsters llegó un poco después: entre
1929 y 1934 se calcula que unas 250 películas abordaron el tema. De
ellas, tres pueden considerarse obras destacadas: Hampa dorada (Little Caesar, 1931), de Mervyn LeRoy; El enemigo público (The Public Enemy, 1931), de William A. Wellman; y Scarface, el terror del hampa (Scarface, 1932), de Howard Hawks. Actores como Edward G. Robinson, James Cagney o Paul Muni se convirtieron en iconos del nuevo género.
Características del Cine de Gángsters: 1. El protagonista es un inmigrante, habitualmente italiano, que sueña con superar su pobreza y alcanzar el éxito. Se
introduce en una organización criminal y sus "virtudes" le van aupando
hasta los puestos más altos. En ese momento, comienzan los anuncios de
decadencia: la muerte de algún allegado (a veces por propia mano, como
en Scarface (1932), donde Tony Camonte asesina a su mejor amigo
por acostarse con su hermana, ignorando que se habían casado); el
rechazo o la traición de la mujer amada; el conflicto con la familia,
etc. Poco después llega la caída propiamente dicha, que suele ser
bastante apocalíptica. El protagonista debe morir indefectiblemente:
ninguno de estos gángsters clásicos termina su carrera entre rejas. Su
muerte, acribillado por la policía o asesinado por una banda rival, es
el punto álgido de la película: merecido castigo, pero también
consagración definitiva del héroe.
2. Existe una serie de roles bien definidos que se repiten con
leves variaciones en todas las películas del género: el amigo del
protagonista (muere trágicamente, uno de los tributos que el
protagonista debe pagar por su rápida ascensión); la mujer fatal; la
madre, que encarna los valores tradicionales, etc.
3. El espacio es característicamente urbano, con una serie de decorados que se repiten como clichés: las salas de fiestas, los speakeasies o bares clandestinos, etc.
Clásicos del Cine de Gángsters: Los Intocables de Eliot Ness, la trilogía de El Padrino, Uno de los nuestros, Casino, o la recién estrenada El Irlandés.
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